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Ejercicios

1. Busca en www.RAE.es el significado que le da el diccionario a:
 Constitución, Senado, Consensuado, Legislación.

2. Entra en http://www.congreso.es/consti/constitucion/zonajoven/pregunta1.htm y lee lo que dice sobre la Constitución.

3. Resuelve este puzzle con palabras relacionadas con la constitución española.

4. Lee y hazme un resumen sobre el Título primero en relación sobre los Derechos fundamentales de los seres humanos:




5. ¿Qué dice el artículo 14 y el artículo 25 en su apartado uno de la Constitución española? Búscalo Aquí la Constitución

6. Señala en el siguiente mapa la ubicación de las siguientes Comunidades Autónomas que se indican con el punto rojo:




7. El artículo 4 de la Constitución española establece los colores de nuestra bandera nacional y la composición de nuestro escudo, lee lo que dice y dibújala en tu cuaderno.

8. Une con flechas en tu cuaderno.


Ministros
Constitución
Senadores
Jueces
Derechos y Deberes.
Poder Legislativo.
Diputados
Poder Ejecutivo.
Poder judicial
Aprueban las leyes



9. Explica qué establece la Constitución de 1978 sobre los siguientes aspectos.
  • Los derechos y deberes de los españoles.
  • La organización política de España.



10. Indica qué establece el Estatuto de Autonomía de cada Comunidad sobre:
  • El territorio.
  • Las Competencias.



11. Juega:






Actividades para Repasar.






12. Completa esta tabla con la organización del Estado español.






Actividades para Ampliar.


13. Ve el siguiente vídeo sobre la transición y haz un resumen de lo visto.





14. Lee el siguiente texto sacado del periódico El mundo del 16 de Febrero del 2010.


La ceguera tiene muchas causas, también en la vida política. En unos casos la ambición, en otros la ofuscación y, casi siempre, la enorme distancia que mantienen los políticos con la sociedad; esa sociedad a la que unos llaman pueblo y otros ciudadanos.
La evolución de los partidos en estos últimos treinta años ha distorsionado tanto la vida política que, cualquier cosa que no nazca y muera en ellos, sea vista –por ellos mismos- como poco más o menos que una herejía, como una propuesta ilegítima, como una intromisión intolerable.

Para cualquier persona con inquietudes políticas y un mínimo espíritu crítico, es francamente curiosa la reacción que han provocado las palabras de SM El Rey llamando a todos a “…grandes esfuerzos y amplios acuerdos para superar juntos, cuanto antes y con la debida determinación, las graves consecuencias de la crisis…». Porque esto es, exactamente, lo que el Rey ha dicho; y esto es, exactamente, lo que el Rey puede y debe hacer.

El Rey Don Juan Carlos I de España.
Según lo que dice el artículo 56.1 de nuestra Constitución de la Concordia de 1978, «El Rey… arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones… y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes». Ese arbitraje y esa moderación consisten, precisamente, en tener visión de largo plazo, ausencia de interés político partidista directo, olfato para identificar los intereses comunes de los españoles y capacidad para trasladarlos tanto a la opinión pública, como a las instituciones competentes. Con mayor o menor discreción, según requieran las circunstancias y el asunto.
Las palabras que les acabo de transcribir son casi idénticas a las pronunciadas por el mismo Rey durante su mensaje de navidad el pasado diciembre “… sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, reforzando nuestra cohesión interna y proyección internacional…” y, si no me equivoco, trasladan lo que la inmensa mayoría de los españoles pensamos: que ya es hora de ver a nuestros políticos unidos en torno a los grandes temas de Estado. Hoy, muy especialmente, la crisis que asola nuestra economía.
No es competencia del Rey entrar en quién tiene o no razón en un asunto, ni tampoco señalar culpables de una determinada situación. Ni siquiera es competencia suya el proponer soluciones concretas… ni lo ha hecho. Como prueba de ello, baste recordar las desacertadísimas palabras de la vicepresidenta del Gobierno señalando la exclusiva competencia del Gobierno para proponer pactos de Estado –cosa increíble- o las no menos desatinadas reflexiones que nos han sido trasladadas desde los “aledaños mediáticos” de mi partido –que nadie se ofenda, pero no encuentro manera más delicada e indirecta de decirlo-, señalando al Rey, casi, como un correveidile del gobierno.
Yo tengo claro que la responsabilidad –que no competencia- de llegar o no a acuerdos reside siempre en el Gobierno; por eso y para eso es Gobierno. Por ello mismo, será responsable del éxito, si es que se produce. Tengo también claro que es responsabilidad de la oposición, no solo poner de relieve las carencias del Gobierno, sino también proponer soluciones alternativas y comprometidas –incluidos pactos de Estado-, muy especialmente en tiempos de crisis como el actual.
Las palabras del Rey no favorecen a ninguno de los partidos, ni tampoco castigan a nadie; simplemente recogen el sentimiento de toda la sociedad española, le dan cuerpo y lo ponen encima de la mesa a través de su más alto representante. Eso, no es algo que pueda hacer el Rey, es algo que debe hacer el Rey.
n estos momentos, lo único que cabe es poner soluciones encima de la mesa, cada uno las suyas, y de la forma más amable y constructiva posible. No hay mejor manera de poner de manifiesto las carencias del adversario que mostrando la más absoluta voluntad de llegar a acuerdos y aportando propuestas razonables ante problemas que exceden, con mucho, la lucha partidista.
Quizá sea bueno recordar que poco antes de aprobar la Constitución ya fuimos capaces de hacerlo… y salió bien. Quizá sea bueno recordar, para sosegar los ánimos, que el artículo 56 de la Constitución también existe.

15. Después de leer.
¿Sabes quién es el Rey Don Juan Carlos I? Busca información sobre su vida y haz un informe que leeras en clase.
¿Qué función ejerce el Rey dentro del Estado Español?.
¿Sabrías decirme que son las fuerzas armadas y cual es su función?. Busca Información.